Cuando nos encontramos con un edificio en estado ruinoso nos planteamos ¿rehabilitación o derribo? El derribo y la nueva erección de una nueva edificación hubiera sido lo más razonable, pero se optó por una rehabilitación integral.

La decisión vino condicionada por una doble necesidad del cliente: la necesidad de poder abrir sus instalaciones lo más pronto posible y el presupuesto, que estaba muy acotado. El reto de la rehabilitación integral nos proporcionó el poder realizar un re- estudio de los materiales, de los elementos constructivos y de cómo adoptar todas las medidas necesarias para poder asegurar la estabilidad y funcionalidad.

Refuerzo de soportes, nueva cubrición y estabilización de paños de ladrillo de grandes dimensiones fueron los trabajos más destacados.

El resultado final, ejecutado en tan solo tres meses, es un verdadero ejemplo que tomar el camino más cómodo para el proyectista no siempre es el mejor para el cliente, que pudo conseguir sus dos objetivos iniciales. Este es un ejemplo que nos caracteriza en cuanto al cumplimiento de las necesidades iniciales y en cuanto al reto profesional que supuso.